Vine, Vi, Bebí vino.

Hoy nace Vino La Bestia

Parafraseando la frase inmortal de Julio César, hoy nace:

Vino La Bestia

Vino la bestia es un tour interminable por los viñedos de México y el mundo con la mirada curiosa, alegre y crítica de un gran entusiasta del vino: la bestia.

La pregunta obligada que este espacio nació para resolver es ¿A qué vino la bestia?

Pues como dirían los clásicos, la bestia (o sea yo) bueno, mi otro yo (algunos podrían debatir si es el verdadero, ya ni yo mismo lo sé con certeza), vino como muchos otros a este mundo a beber vino. Y es que como bien dice la tradición popular mexicana, el que no vino a este mundo a tomar vino pues a qué chingados vino?

El vino es un gran complemento en cualquier ocasión. Tomado solo invita a la reflexión y a la charla profunda con amigos. Pero no solo eso, con alimentos nos permite disfrutar aún más la creatividad culinaria de la humanidad, convirtiendo una comida o cena en una experiencia atemporal.

Fruto de la vid y de la vida, el vino ayuda a aligerar cargas, alegrar consciencias y suavizar las asperezas de la vida cotidiana, haciendo la risa más fácil y el humor más liviano. Consumido con moderación y prudencia, el vino es parte de la vida del hombre desde tiempos inmemoriales.

Desde que tengo uso de memoria y edad legal para consumir alcohol por supuesto, me ha gustado comer bien, beber bien y vivir bien.

He invertido tiempo, dinero y esfuerzo en probar platillos, bebidas y descubrir experiencias enoturísticas de todo tipo. Soy llamémoslo así, un ser de sensaciones. Solo por el gusto personal y para que nadie me platique a lo que sabe un Cabernet, un Tempranillo o un buen ensamble, le he dedicado tiempo a la enocultura personal y al enoturismo empírico y he cultivado mi alma en los placeres del Dios Baco en cuanto diplomado, maridaje o cata se me han atravesado en mi camino. Hacerme feliz es muy fácil. Una botella, unas copas, buenos amigos y algo de botana son suficientes para llenar las tardes de cualquier día. Como diría el maestro Joaquín Sabina, bardo de Úbeda. Nunca le hago ascos ni a la última copa ni al próximo bar.

He sido miembro activo de clubes de vino y he consumido religiosamente mis botellas del mes, disfrutando casi todas y cada una de ellas, excepto un par de botellas que por azares del destino resultaban verdaderamente intomables. He aprendido todo cuanto he podido de vinos, regiones, uvas, añejamiento, maceraciones, podas, plantas y suelos. He visitado viñedos en los diversos valles de California, Baja California, Querétaro, Guanajuato, Chile, Argentina, Canadá y aunque no lo crean queridos lectores hasta en Hawaii.

He probado todo tipo de vinos y estoy convencido que entre más conozco de vinos, más me falta por saber. Es un tema realmente fascinante en el que siempre hay algo nuevo que aprender.

Me parece una asignatura en la que no importa cuánto tiempo dediques no acabas de aprender nunca. Por eso la idea de este espacio no es enseñar a nadie. Más bien, la inspiración detrás de este espacio es ayudar a los nuevos entusiastas del vino como yo a adentrarse de la mejor manera posible a este maravilloso mundo.

Facilitar con consejos prácticos, redacción sencilla y amable y conocimiento directo adquirido por la experiencia personal lo que puedes esperar de un viñedo, vino, cata, proveedor o región relacionado con el mundo del vino.